La música electrónica reinó una vez más en el desierto de Monegros con el ya mítico festival, que celebra su 30 aniversario en una edición que colgó el cartel de sold out con más de 50.000 entradas vendidas. Muchos leridanos visitaron la zona habilitada en pleno desierto para vibrar con los más de 120 artistas, aunque también acudió mucho público de Barcelona, Girona y demás provincias, así como de países como Francia, Holanda y Argentina. Así, repartidos en 11 escenarios, los artistas ofrecieron durante más de 12 horas actuaciones de estilos tan variados como techno, house, hop, drum & bass y acid.

La música empezó a sonar a las 14.00 horas de la mano de Paco Osuna, que fue el encargado de levantar el telón del festival en la mítica Techno Cathedral. El movimiento de gente y las colas de vehículos fueron constantes durante toda la tarde y algunas personas montaron sus pequeñas fiestas en el parking. El calor también se hizo notar, sobre todo en las primeras horas, aunque pasada la tarde una ligera brisa apaciguó las temperaturas.

Ya por la noche, las luces tomaron protagonismo vibrando al ritmo de la música. Desde la organización valoraron muy positivamente las primeras horas del festival. La organizadora, Cruz Arnau, aseguró que “después de la edición pasada (en la que hubo críticas por el colapso de algunos servicios) y de todas las mejoras volvemos al desierto con más control y el equipo mucho más relajado.

La gente viene muy feliz y aún quedan muchas horas”. Al cierre de esta edición la fiesta continuaba en el desierto de Monegros y será Andrés Campo quien bajará el telón este mediodía.