Juan Arnau, CEO del Monegros Desert: “Nos estamos posicionando como un referente mundial del techno”

Diario del Alto Aragón

22 horas, más de 150 artistas, 13 escenarios y 50.000 personas. El Monegros Desert Festival está a punto de volver a rugir. Lo hará a partir de las 14:00 horas, y a falta de unas horas para que comience, los nervios ya burbujean en el estómago del equipo del Monegros Desert Festival. El montaje ha avanzando a contrarreloj en el corazón del desierto fragatino, donde más de 400 personas han trabajado desde hace días para levantar una ciudad efímera. “Cuando arrancan los primeros programas de sonido, las ganas y los nervios van en aumento”, reconoce Juan Arnau Jr, CEO del festival junto con su hermana Cruz, que lleva desde septiembre preparando la edición número 32.

Monegros no es un evento que se improvise, explica. “El mes más intenso es el último, cuando por fin pisamos el desierto. Pero antes hacemos muchas reuniones con producción y técnica para que todo esté decidido antes de llegar”, señala Arnau, que insiste en que la clave está en anticiparse: “Así ganamos tiempo para cuidar los pequeños detalles”.


Entre las principales novedades de este año destacan dos escenarios inéditos. El Dust Stage, construido con contenedores marítimos, albergará el desembarco de Unreal, uno de los sellos de hard techno más potentes de Alemania. Para Arnau, será “uno de los grandes éxitos de esta edición”.

La otra gran apuesta es Dune, una carpa de bambú y madera creada por artistas brasileños y técnicos locales: “Hemos recuperado un antiguo espacio y lo hemos transformado en algo único, con el sello de Brunch Electronik al frente”. También se ha rediseñado el emblemático escenario de elrow, ahora dentro de una carpa holandesa con capacidad para 8.000 personas. El objetivo, según Arnau, es claro: “Queríamos que la escenografía fuera mucho más inmersiva, y que el público encontrara también sombra y un espacio transformador”.

El clima parece jugar esta vez a favor. Después de un inicio de montaje con temperaturas extremas, la previsión apunta a máximas de 33 grados durante el sábado y mínimas de 16 por la noche. “Este año por la noche refrescará. La gente se tendrá que poner el jersey, cosa que no suele pasar. Se va a agradecer mucho”, dice con alivio.



En cuanto a la afluencia, se espera repetir las cifras de 2024: unas 50.000 personas. Lo llamativo es el crecimiento constante del público internacional. “Cada vez viene más gente de Francia, Italia, Portugal, Reino Unido, Holanda… Este año, con Unreal, tendremos 500 o 600 personas que vienen desde Alemania”, detalla Arnau. Las colaboraciones con marcas de renombre como Awakenings o Brunch Electronik están reforzando esta dimensión global: “Antes venían 100 holandeses, ahora estamos cerca de los 800”.

La expansión internacional también responde a la explosión del techno y el hard techno tras la pandemia. Para Arnau, el secreto está en crear una experiencia distinta: “El público joven busca vivir momentos épicos, salir de la rutina, hacer algo diferente. Y en el desierto eso se nota”.

Pero no todo el mundo llega preparado para lo que supone vivir Monegros. “Hay gente acostumbrada a festivales urbanos que espera encontrarse con cemento, sombra y baños de hotel. Y esto es el desierto”, recuerda.

La organización trabaja cada año en mejorar la comodidad: nuevos puntos de agua, más zonas de sombra (como la recuperación de La Pinada) y espacios de descanso como el nuevo chill out. Aun así, hay una parte de la experiencia que sigue siendo incomprendida para quienes no conciben un festival sin ciertas comodidades.

Con todo, Monegros se consolida como algo más que un festival de música electrónica. “Nos estamos posicionando como un referente mundial del techno. Yo diría que ya estamos en el top 10”, afirma su director. Para él, Monegros ya tiene “lenguaje propio”: un lugar donde la música, la creatividad y la experiencia vital se funden durante 22 horas sin tregua. “Aquí la gente viene a desconectar, a ser feliz y a bailar”.